El retiro consto de dos meditaciones en la mañana del sábado, comenzando la primera a la 8:45 am, y concluyó con la eucaristía a las 11:30 am. La primera meditación rondó en torno algunas cuestiones que debemos plantearnos, de manera previa dada la realidad seminarial, para poder experimentar el gozo de vivir en comunidad. A la vez que puntualizaba sobre algunos peligros o “lobos”, como lo denominó, de los que debemos cuidarnos también para lograr el objetivo antes dicho y también el común, ser sacerdotes. La segunda meditación se brindaba algunos testimonios de sacerdotes y religiosas con varios años de su ministerio o consagración. En estos testimonios se destacaba los elementos centrales en su vida como servidores de Dios. Para aderezar y finalizar la misma puntualizó sobre 5 desafíos a los cuales nos debemos enfrentar, de manera personal y comunitaria, junto con 4 componentes que nos ayudaran ante estos desafíos.
Fue un retiro que nos fortalece para comenzar este semestre formativo ayudándonos así a vencer cualesquiera desafíos que se nos presenten si continuamos en la sintonía trazada por Dios a través de su ministro. Dejemos llenar, entonces, del amor de Dios, Él que nos ha llamado y es Buen Pastor, Guía y Maestro.
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