El pasado lunes 23
de febrero estuvo con nosotros, celebrando la fiesta culmen de todo cristiano
(la Santa Eucaristía), el P. Carlos Manuel Goris, uno de los tres sacerdotes
recién ordenados en la Arquidiócesis de
Santiago. El mismo, en el mes de marzo será enviado a Cuba a realizar la misión
que la Iglesia le ha confiado.
En
su homilía resaltaba que la cuaresma es un camino con un objetivo claro y
definido, a diferencia de los caminos que nos presenta el mundo. Un camino con
muchos sacrificios y dificultades, como siempre lo tiene una meta valiosa, pero
que al final venceremos como Cristo venció la muerte y celebraremos junto con
él, el triunfo de la resurrección.
Invitó
a los seminaristas a reconocer a Cristo en el compañero que necesita la mano
amiga. También motivó a seguir adelante
a pesar de las dificultades que se puedan presentar, siempre apegado a la
oración a Dios y la protección de nuestra madre María.
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