viernes, 24 de julio de 2015

Enviados de dos en dos a Tireo y Constanza: Después del desastre, reflorece la Vida.

Como cada año al salir de su etapa formativa académica y espiritual que los Seminaristas reciben, una parte de ellos retorna a sus Diócesis y dentro de sus regiones como instrumentos de nuestro Señor Jesucristo, se distribuyen por las comunidades más distantes de nuestro país a llevar la Buena Nueva. Como pequeños sembradores ponen en práctica todo lo recibido, y multiplicando los dones que Dios les ha dado, dejan lo mejor de ellos a tantas personas que oran y se preocupan por los mismos.

Los Seminaristas de la Diócesis de la Vega, este año bajo el envío de su nuevo Obispo Héctor Rafael Rodríguez, se entregaron al servicio por dos semanas en las Parroquia Santiago Apóstol (Tireo) y Nuestra Señora de las Mercedes (Constanza) donde se adentraron en las frías tierras a llevar un poco del caluroso Amor de Cristo. Cada encuentro iba avivando y refloreciendo mucha más las comunidades, movidas por el Espíritu Santo. Pero fue mucho más lo que los Jóvenes Seminaristas recibieron de las comunidades visitadas, pues al despedirse evaluaban cuan revitalizados y renovados de tantas personas de fe y amor a Dios habían culminado.

Cada uno de los jóvenes candidatos al sacerdocio asumió sin medida la tarea encomendad, y al finalizar la Jornada no se hicieron esperar algunas lágrimas de los lugareños, varios jóvenes motivados a seguir la vida sacerdotal, familias que ya se convertían en sus familias, pero sobre todo un nuevo despertar y resurgir de ambas zonas parroquiales. Cumpliendo así con el Objetivo de formar nuevos Coros de Socios y Colaboradores de la Obra Diocesana, nuevos grupos de Pastoral Juvenil y la importante promoción de la Vocación Sacerdotal.

Gracias a todas las zonas por su acogida, cargada de amor para con los mismos, y decir que si a estos jóvenes misioneros que solo pasan para dejar un semillas con Cristo como centro. Gracias por darnos la oportunidad de Reforestar sus zonas afectadas por los incendios provocados en sus montañas y junto a la intención del Santo Padre Francisco recordarnos que quien daña la naturaleza, comete un crimen contra sí mismo, y un pecado contra Dios
Por: Jonás Rosario Peña
Diócesis de la Vega
Seminarista de Tercero de Filosofía



No hay comentarios.:

Publicar un comentario