Viernes
19, mientras se jugaba baloncesto, se definía una actividad, la parrillada iba,
y esa misma noche “será” ya no había otra salida. De repente se salió a comprar,
las 5 de la tarde ya se consumía. Todo se fue preparando el ambiente, la música
y la cafetería. Una noche impecable le seguía. Todos se fueron agrupando a las
8 de la noche, para comenzar, la vigilia.
Mientras
se encendían las parrillas, la música electrónica empezó a sonar, ¡que baje el
volumen que hay gente! Fue la respuesta al escuchar. Así, que hubo que cambiar
y a la vez el volumen bajar, pero la fiesta sigue y el dominó hizo su entrada
triunfar, iniciando las manos y continuando a un más, hubo un momento en que se
creyó que a Arsenio y a Anderson nadie los iba a sacar.
La noche continuaba, y la luz hizo de la suya
se armó el corre, corre con ese apagón, extensiones iban y extensiones venían. La actividad fue movida, desde el
quiosco hasta primero de filosofía. La ceremonia continuaba esta vez ya
definida, su presentador dirigía e inicio la salida, con “Yo, también” inicio
la partición, le continuó otra enseguida. Los chistes de David, que como
siempre, pican. Santos no se queda, pues también participa. Arjona se
multiplica con Anderson, David y su pandilla. Las salchichas se cosían, las
personas se la comían. Mientras se escuchaba a Vicente Fernández y su música
mítica, el P. Amauri disfrutaba tan esplendida
melodía. De ahí le seguía una tremenda película, que por respeto al público no
doy detalles de la misma. La noche seguía y las alas no salían, pero al fin,
las 11:30 se cocía que la cena al fin
estaba, creo, que lista. La bendición el P. Arsenio la impartía, la fila
rápidamente se hacía, y entre chinolas y sodas las chuletas se digerían.
Las cosas
fueron avanzando hasta que ya no se podía, el P. Pedro a la medianoche por ahí
se despedía. La película continuaba, las risas siempre salían, con ese “tú me
entiende” de Santos, cualquiera reiría.
Todo se
fue consumando, y al final todo culminaba a las 1 con 20 minutos de la mañana,
lo que empezó en la cancha, el viernes de esa misma semana.
Finalmente,
las gracias hay que darla porque son a quien las merece al equipo formador, por
su apoyo y empeño, por apoyar cada evento. Asiendo, en este tiempo que las
cosas se alivien, cuando todo apuntaba a señalar un verano temible. La
comunidad San Pablo agradece por ese día, por las atenciones y las salidas de
tantos mulos y chuletas, y es que en definitiva: todo sabe mejor, a la
parrilla.
Narciso A. Martínez
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