viernes, 31 de octubre de 2014

Una invitación muy inusual

Con una reflexión socio-política de la sociedad de “estos tiempos” y una invitación a adentrarnos en el maravilloso mundo de la filosofía, inició la formación del pasado martes 28 de octubre de su eminencia Mons. Fausto Mejía Vallejo, obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, quien es actualmente también el encargado del clero diocesano y los seminarios de la República Dominicana.
Mons. Fausto Mejía Vallejo
Expresaba, con gran dominio del tema, los aspectos que demuestran el mundo desconcertante en que vivimos, presentando los atentados, las violaciones, robos, y otros males que se han adentrado en nuestra sociedad dominicana. Antes, decía, “no se veía esto en el país, pero los tiempos han cambiado. Y es por eso que también el sacerdocio debe cambiar, para responder a las nuevas exigencias del mundo y de la sociedad”.
Resaltaba que la humanidad ha perdido los valores fundamentales que la orientaban correctamente. No hay ese interés, en las familias, escuelas e instituciones públicas, de formar en auténticos parámetros racionales. Por lo tanto existe una despreocupación popular por intentar hacer el bien.
Nos motivó, con mucho entusiasmo, a comprender estos comportamientos por medio de la filosofía, como ciencia que nos hace críticos. Ella que nos ayudará a  reflexionar sobre lo que pasa, y por qué pasa. Y junto a nuestra fe, entonces, dar razón de esperanza y de alegría al mundo, donde la Iglesia, nosotros, nos podamos encarnar en la sociedad como lumbreras que guíen con la luz de Cristo el mundo perdido en las tinieblas.
Pero, ante todo esto, nos advirtió que no es fácil el camino: “hay que entrar por la puerta estrecha” y subir, junto a Cristo, la difícil pendiente de Jerusalén. Tomar una decisión y plantearnos un ideal claro, qué es lo que queremos, entonces poner todo nuestro empeño y dedicación por alcanzarlo. Aclaró, además, que solos no podemos, que el individualismo nos arrastrará al fracaso.
Concluyó con una invitación muy inusual a revivir LA TEOLOGIA DE LA LIBERACIÓN, que no es otra teología sino, más bien, una forma diferente de hacer la misma. Donde se pone al ser humano como centro de observación para responder, desde los valores del evangelio, a los problemas que enfrenta hoy día. Con un deseo inmenso de que nos adentremos en este espíritu de renovación social nos impartió la bendición y finalizó la formación.

                                                                                                 Juan Francisco Rodríguez



Mons. Mejía con los seminaristas de San Francisco de Macorís




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