La Virgen de la Altagracia tiene una de las más grandes devociones en el país y también Latinoamérica. El Seminario no se queda a tras a l unirse a esta devoción. El triduo a la virgen de la Altagracia comenzó el jueves 19 de enero. La misa fue presidida por el P. Edwin Alonso. El padre Alonso nos animó a vivir a semejanza de Cristo. A actuar por el amor que él nos mostró en la cruz y de la mano asimismo de María, la Virgen de la Altagracia. Algo que es Verdad! El segundo día estuvo, unos de los recientes sacerdotes de Santiago, el P. Pacheco. Durante la eucaristía nos contó un poco de la importancia de María en la iglesia y en la Vocación Sacerdotal, y también de esta gran advocación mariana. Luego expresó como ha sido su ministerio y misión hasta el momento. Nos animaba a aprovechar el tiempo en el seminario y a configurarnos más con Cristo para ser buenos y santos sacerdotes.
Para el tercer día, día de la festividad de la Altagracia, la eucaristía fue en horas de la mañana con la asistencia de la comunidad de Licey. Presidió el P. Andrés Amauris, co-presidiendo P. Teobaldo Rosario y Mons. Vinicio Disla. En la homilía se destacó la carta pastoral de este año 2017 que tiene como tema y titulo La mujer en la sociedad dominicana, subrayando como muchas madres se vuelven heroínas y “santas a pie” cada día por el bien de los suyos. Antes de terminar, el P. Vinicio, nos cantó, a petición del P. Amauris una estrofa de una canción que el P. Vinicio le escribió a la virgen de la Altagracia durante estuvo en Estados Unidos y veía la fe de su pueblo en el extranjero, nos contaba. Estrofa que demostró nuevamente el don de composición del P. Disla.
En la tarde de este día, de la Altagracia, para las 5:45 pm, se tuvo el rezo del rosario. En el cual se pedía la asistencia de la Altagracia. Ya para la noche se proyecto un video, preparado por la comisión de Arte y cultura, referente a la devoción a la Altagracia y su historia. Durante la proyección se brindó un helado promocionado por la comisión de Espiritualidad.
Que Dios por la intercesión de María Virgen de la Altagracia, ante su hijo, nos conceda muchas gracias a este pueblo que le ama y le venera.
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