jueves, 9 de febrero de 2017

Retiro convivencia por Dióscesis 2017




Soledad, sosiego, silencio, serenidad. Vida interior...Un verdadero encuentro con Dios. Es lo que define un retiro. Por ende, estos momentos son muy importantes para la persona, ya que es una manera eficaz de encontrarse con Dios. En los Seminarios mensualmente se realiza un retiro, donde los seminaristas pueden renovar su vida espiritual. Sin embargo, una vez al año, se realiza un retiro de una manera diferente, en el cual todos los seminaristas de cada diócesis de la iglesia Dominicana se reúnen, llamándolo retiro convivencia. Este comúnmente se realiza en el primer fin de semana de febrero.



Cada seminarista de cada diócesis obtiene experiencias diferentes de este retiro, ya que las distintas diócesis en particular, preparan actividades diferentes. Pero estas actividades tienen un mismo fin, el compartir con los demás compañeros, llegar a conocer a los demás, buscar la integración de cada seminaristas sin importar que este en el Menor, Filosofado o Teología.

Los seminaristas de la Arquidiócesis de Santiago se congregaron en el seminario San Pío X. Donde en la tarde del viernes se le dio una grata bienvenida a los que están en teología, en la capital. En la noche se inició el retiro con un acto penitencial, para culminar  al mediodía del sábado, con una misa. Entre otras muchas actividades, como: tarde deportivas, compartir de experiencias vividas en el seminario, pasadía en piscina, parrilladas, peregrinaciones, etc.



Muchos al terminar el retiro quisieron contar lo que le marco o le llamo a la atención en ese fin de semana. Uno de la vega dice: “Monseñor Camilo nos impartió el retiro, la experiencia fue fabulosa”. Otro “Se tomó la noche del sábado para compartir experiencias”; estos retiros ayudan en la parte vocacional, ya que al conocer a los demás compañero, algunos ya terminando y otros iniciando, y escuchar las experiencias de cada uno, eso verdaderamente ayuda. “Sería bueno dos veces al año”.



En suma, el retiro convivencia es más significativo porque se basa en la parte espiritual y en el compartir. Es una ocasión en la que se puede entrar en la oración y en una reconciliación con Dios. También, una oportunidad para el seminarista, de compartir con sus otros compañeros. Esto Sobre todo ayuda y fortalece el camino vocacional del sacerdocio.
Por Henri Abreu
2do de filosofía

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