jueves, 19 de febrero de 2015

Comenzando a salir del cascaron

El pasado lunes 16 de febrero del año en curso, fue de mucha alegría y entusiasmo para nuestro Seminario San Pío X, por la razón de que estuvo con nosotros presidiendo la eucaristía el presbítero Javier Báez, quien fue ordenado el 24 de enero del año en curso. La eucaristía inicio a la 5:30 de la tarde donde estuvo presente todo el equipo formador de este centro con-celebrando la sagrada eucaristía. El p. Javier en su homilía destacó su testimonio durante su periodo de formación en el seminario, y nos incitaba a tener  esperanza a pesar de la dificultades, ya que en su proceso vocacional tuvo sus días altos y sus días bajos, por lo cual el aconsejaba a no rendirse, lo que implica dejarse guiar por quienes nos forman y tener como mirada principal a Jesús sacramentado.
De igual modo el recién ordenado expresó la alegría que siente de haber aceptado el llamado de Dios, que en él fue muy peculiar, ya que se dedicaba a trabajar en la compañía Edenorte, lo que fue corroborado por el rector de estas casas de formación quien hizo la anécdota de que el joven Javier llegaba a las jornadas en el guagua de Edenorte con su escalera encima del vehículo. Pero que al final de todo la perseverancia y el acompañamiento espiritual de Mons: Vinicio Disla lo ayudaron a permanecer en el camino. Por otro lado, el joven sacerdote expreso que en su camino no fue todo color de rosas, sino que tuvo como dice uno de nuestros formadores sus viernes santos y sus domingos de resurrección, pero que todos esos momentos hay que acompañarlos con la oración y la visita innegociable a Jesús Eucaristía.
El presbítero recordó a los formandos de estas casas que en las comunidades hay mucho trabajo que espera por hombres que salgan dispuestos a trabajar y a entregarlo todo por colaborar en la construcción del Reino de Dios: “hay mucho trabajo muchachos, pero también hay mucha gente dispuesta a trabajar con aquellos sacerdotes que se entregan por la comunidad, que no miran protocolos para anunciar el evangelio de Jesucristo” expreso el nuevo sacerdote. Según el P. Javier el trabajo es mucho, pero Dios que nos llama nos dará las fuerzas para poder hacer no una simple obra social, sino la mayor obra y regalo que cualquier ser humano puede recibir “conocer la persona de Cristo”.
Damos gracias a Dios por este nuevo sacerdote de la Iglesia, por el ánimo al momento de celebrar la sagrada Eucaristía, por su dinamismo, que aunque se crea que es por ser nuevo, esto ha sido algo muy propio de él, desde sus inicios. Ojalá muchos de nuestros sacerdotes adopten este modo de vivir su ministerio, ya que en ocasiones nos encontramos con muchos sacerdotes que en vez de encantar desencantan.


Antes de  finalizar, la Eucaristía el seminarista Jeremías Abreu agradeció al padre Javier por compartir su testimonio con nosotros y lo encomendó a nuestra Madre María para que lo acompañe en su ministerio con un ave María. Terminada el ave María la comunidad del seminario san pio X le dio un caluroso aplauso de agradecimiento. 

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