El
miércoles 18 de febrero del 2015 la ciudad de los seminarios San Pío X, el Filosofado
San Pío X y Propedéutico San Pío X iniciaron el tiempo cuaresmal. Dicho tiempo
se inició con una eucaristía a las 6:00 am., la cual estuvo presidida por el
Pbro. Cruz Osvaldo Santos Cid (formador de cuarto de filosofía) y concelebrada por el Pbro. Pedro Jiménez (formador de segundo de
filosofía) y por el Pbro. Andrés Amauri Rosario (formador del propedéutico).
Los servicios litúrgicos de la misma estuvieron a cargo de los cursos cuarto,
tercero y segundo de filosofía. Además se impuso la ceniza que nos recuerda que
somos de polvo y al polvo volveremos. El padre Osvaldo en la homilía destacó
que la cuaresma es un tiempo de reorientar nuestra relación con Dios (ayuno),
con los demás (limosna) y con nosotros mismos (ayuno). Por otro lado, también
habló sobre las pautas que hay que tomar en cuenta antes establecer la fecha de
inicio de esta y de algunas solemnidades del Señor después de que pase la
cuaresma y entra el tiempo pascual.
Por
otro lado, cabe destacar que la cuaresma este es el tiempo litúrgico de
conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la
Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de
nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. La Cuaresma dura
40 días; comienza el miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena
del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la
liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de
verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios. El color litúrgico
de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de
reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al
misterio pascual.
En
la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir
la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios,
orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir
una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo,
ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios. En Cuaresma,
aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a
tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
Por: Misael Amparo
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